“Eres escritora Joanna. ¿No es así? — le dice Jerry, escritor de renombre — ¡Entonces escribe! Aunque sea 15 minutos por las mañanas. Protege ese santuario ¿de acuerdo?”.
De la película “El trabajo de mis sueños” (2020)
Sobre la película no voy a mostrar más que el extracto de esa conversación y el trailer que tienes aquí. Más bien, quiero darme la licencia de desarrollar 3 apuntes a partir de esta lección, breve, pero exquisita para quien aspira entrar a fondo en la escritura.
“¡Entonces escribe!”. Un fuerte llamado a la acción
Sin duda “ejecutar” es la palabra mágica que nos lleva del mundo de las ideas y los sueños a la realidad. Pero no siempre es sencillo.
Habiendo experimentado momentos de inacción respecto a una idea o sueño, creo saber por donde va esto y a continuación describo algunos puntos que, si vives lo mismo, te ayudará a salir de ese lugar para caminar hacia lo que quieres conquistar.
En primer lugar, creo que puede existir el temor al pensamiento: “qué dirán los demás”. Lo que no hace otra cosa más que mostrar que estás poniendo tu futuro en manos de otras personas. ¿Quieres seguir entregando ese poder a otros?
He aprendido también que ejecutar requiere saber organizar. Es lo que hará que no te digas: “no tengo tiempo”. Si aprendemos a quedarnos con lo esencial, entonces comenzamos a dar importancia a aquello que es lo que realmente debemos hacer.
En este sentido: ¿Estás dedicando más esfuerzo a lo que es esencial para ti? o ese esfuerzo se está diluyendo en muchas actividades sin concretar algo.
“Una cosa es saber lo que tenemos que hacer y otra es hacer lo que sabemos que tenemos que hacer”, dice Tony Robbins.
Si ya sabes lo que tienes que hacer, entonces: ¡Hazlo! No hay otra cosa más que comenzar. Créeme que no tendrás mejor receta a la felicidad en tus manos que ésta.
Ciertamente a veces se necesita un empujón. Para esto, ayuda conversar con alguien que esté sacando adelante algo similar o cualquier otro proyecto, encontrarás inspiración en lo que hace.
Y si no encuentras una persona con quien conversar, puedes mirar lo que hacen aquellos que ya están haciendo lo que te gustaría comenzar. Observa, dedica tiempo a ver lo que les está funcionando, aprende de lo que están haciendo. Hay mucho en Internet para esto.
Algo muy concreto: “15 minutos por las mañanas”
La clave para concretar un sueño o idea es aterrizarla, hacer que sea algo que puedas ver, es decir, definir cómo va a suceder eso que vienes pensando.
Si se trata de un proyecto de escritura, puedes decir: voy a escribir todos los días 15 minutos en la mañana, luego de la ducha, con un café. Si esto te suena muy idealizado, simplemente, bloquea tiempo para esta actividad en tu calendario semanal.
Esto es muy concreto: Indica un momento y la duración. Sabes que será luego de la ducha y que debe durar 15 minutos o que será en un parque luego del horario de trabajo durante media hora.
El paso siguiente es tener todo dispuesto para que aquello suceda. Si decides hacerlo con el formato de diario debes tener listo todo. ¿Con qué escribirás? ¿Dónde escribirás? Esto ayudará a evitar las posibles excusas.
¿Sobre qué escribir? Esta pregunta suele ser un limitante y se puede pasar todo el tiempo solo pensando en una respuesta.
Te dejo cuatro ideas:
Tema + desarrollo. Decide un tema para una semana y desarróllalo cada día.
También puedes seguir alguna cuenta en una red social, de personas que compartan ejercicios de escritura.
Esto me sirve a mí: Uso una herramienta digital para apuntar los temas sobre los cuales me interesa escribir y luego me voy dando tiempo durante la semana para leer, investigar y escribir.
Otro ejercicio puede ser este: Escribe cada día, durante una semana, sobre lo que aprendiste el día anterior.
En mi caso, puedo dedicarle treinta o sesenta minutos por la noche. No me exijo mucho con esto porque también necesito el descanso para estar más creativo al siguiente día.
¡Listo! ¡Ahí lo tienes! ¡no des más vueltas y comienza!
En el camino debes investigar, tomar un curso, una asesoría o un acompañamiento y aprender más para ir madurando tu idea, tu sueño de escribir.
Una misión: “Protege ese santuario”
Escuchar este consejo fue lo que motivó que escriba lo que vienes leyendo. Un santuario es un lugar en donde tienes aquello que es valioso para ti.
Protegerlo significa cuidarlo en dos aspectos: En primer lugar, hacer que aquello que es valioso para ti no se quede en el mundo de los sueños, sino que se haga realidad, es decir que se ejecute, que comience.
Cuando decides hacer algo, descubrirás que la concreción necesita un pedazo de tiempo de tu día, de tu semana, de tu mes, de tu año, de tu vida, para que exista. Si no obtiene eso, simplemente no sucederá.
En segundo lugar, debes aprender a cuidar el momento. Si no puedes escribir en medio de muchas personas hablando, pues una cafetería no es el lugar en el que debes hacerlo. Busca un espacio y momento adecuado.
Yo tengo una especie de ritual: mientras escribo me gusta tener una taza de café y un vaso con agua al costado. Prefiero espacios ventilados y con algo de silencio o ruidos permanentes (ruido blancos), por ejemplo uno de lluvia. Si es que alrededor hay plantas, no dudo que se convertirá en uno de mis lugares favoritos.
Proteger tu santuario quiere decir defender a capa y espada que el momento que necesitas para escribir suceda cada día.
Pienso que ayuda mucho identificar los “enemigos” que hacen que no dediques tiempo a estar en tu santuario: Redes sociales, cansancio, lugar adecuado, desorganización, desorden, falta de inspiración, lo que fuera. Luego, debes hacer algo para combatirlos.
¿Quieres escribir? Entonces construye el santuario que necesitas con acciones muy específicas y comienza.
¡Me encantó! Gracias ✨️