¿Por qué empezar con un borrador puede transformar tu escritura?
La táctica que necesitas para escribir sin presión.
Imagina que te encuentras en una habitación impecable, con muebles nuevos y cuadros de artistas reconocidos, y alguien te entrega un balde de pintura y una brocha diciéndote: “Prueba la pintura en estas paredes”. ¿Lo harías?
¿Y si la habitación estuviera sin pintar, completamente vacía? ¿Te atreverías a hacerlo?
En el primer caso, es probable que pienses: “Puedo arruinarlo”. Pero, en la segunda habitación, con las paredes desnudas, te sientes más libre para experimentar. Sabes que, si te equivocas, no habrá problema porque todo comienza desde cero.
Lo mismo ocurre con la escritura.
El poder del borrador: libera tu creatividad
El miedo al fracaso y a la imperfección es un obstáculo común en cualquier proceso creativo, incluida la escritura. Es por eso que en un contexto donde “nada está en juego”, las personas son más propensas a asumir riesgos y explorar nuevas ideas con mayor libertad.
Brené Brown, en “Daring Greatly”, sostiene que aceptar nuestra vulnerabilidad y permitirnos equivocarnos es fundamental para innovar y liberar nuestro potencial creativo.
Cuando escribimos un borrador sin la presión de ser perfectos, nos damos la oportunidad de experimentar, aprender y finalmente compartir algo valioso. Escribir con la preocupación constante de cómo se leerá puede desviar tu atención de tu propia historia.
El truco es comenzar con un borrador sin enfocarte demasiado en lo que piense el lector, al principio. Cuando entiendes que el borrador es solo el punto de partida y que posteriormente lo revisarás, cambiarás, y editarás, la presión se reduce y te liberas para expresar tus ideas con mayor libertad.
Descubro entonces, tres beneficios de comenzar tu escritura con un borrador:
Reducir la presión de ser perfecto desde el primer intento.
Permitir que tu creatividad se expanda sin limitaciones.
Mejorar tu eficiencia al concentrarte en lo esencial: contar tu historia.
Del borrador a la publicación
Por ejemplo, cuando escribo para Comunícalo, siempre empiezo con un borrador. Después, reviso, corrijo, edito y finalmente, programo la publicación.
En otros proyectos, uso un procesador de textos en línea, escribo y reviso el borrador y luego lo envío a una revisión editorial, después edito directamente en la plataforma del sitio web.
También tengo otra experiencia en la cual recibo contenidos en Word y trabajo en la edición directamente en la plataforma de envío de boletines.
Un borrador te da licencia para equivocarte, para escribir libremente, sin filtros, para dejar que tus ideas fluyan.
¿Cómo empezar escribiendo en borrador?
Aquí te dejo algunas ideas:
Escribiendo sin filtro: Deja que tus pensamientos fluyan sin preocuparte por la estructura o la gramática. No te juzgues.
Evitando preocuparse por el orden perfecto: Piensa en tus ideas como piezas de un rompecabezas sin armar; ya las ordenarás más tarde.
Abrazando el “borrador feo”: No temas escribir un primer borrador lleno de errores. Recuerda, no estás escribiendo para publicar, estás escribiendo para descubrir.
Después de escribir un borrador, llega el momento de revisar con ojos críticos. Es entonces cuando toca preguntarnos: ¿Cómo puedo mejorar la experiencia de mi lector? Puedes ajustar el tono, simplificar el lenguaje, agregar detalles visuales o eliminar lo innecesario.
Esto ya es hilo para otra publicación.
¿Quieres escribir? ¡Construye tu santuario!
“Eres escritora Joanna. ¿No es así? — le dice Jerry, escritor de renombre — ¡Entonces escribe! Aunque sea 15 minutos por las mañanas. Protege ese santuario ¿de acuerdo?”.
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¡Hasta aquí estuvo bueno! No dejes pasar más tiempo para redactar el contenido que vienes pensando y repensando para tu blog, web o boletín.
Gracias Carlos!